La caída de los dientes de leche es un proceso natural por el que pasamos todos cuando somos niños. Es parte de nuestro crecimiento y nuestro desarrollo y no tiene absolutamente nada de malo. Es más, es sano. Otra cosa diferente es la pérdida prematura de los dientes de leche. Esto sí puede suponer un problema para los más pequeños de la casa y requiere la ayuda de un especialista.