La revisión después de vacaciones marca la diferencia de una boca sana. En esta época en la que pasamos más tiempo fuera de casa, no siempre mantenemos una buena higiene. Acudir a revisión tras la época estival es la solución adecuada.
Si además has postergado el momento de hacerte un blanqueamiento, un empaste o ponerte implantes en Vic, la vuelta de vacaciones puede ser el momento ideal.
¿Por qué es importante la revisión después de vacaciones?
Es innegable que en verano consumimos más helados, bebidas azucaradas, dulces… También comemos y cenamos fuera en más ocasiones, así que no siempre podemos cepillarnos los dientes después de cada comida.
Por otro lado, durante las vacaciones pueden haberse agravado problemas sin tratar. Es por lo tanto el momento ideal para solucionarlos.
El objetivo de estas revisiones es detectar y tratar problemas a tiempo, reforzar la educación sobre higiene bucodental y prevenir complicaciones futuras que puedan aparecer.
¿En qué nos fijamos en una revisión?
Por supuesto, la revisión después de vacaciones puede variar según el paciente y sus necesidades. En Oralvic todos nuestros tratamientos son individualizados, adaptados a cada persona.
No obstante, existen algunos aspectos generales que suelen incluirse siempre:
- Examen visual de dientes, encías y tejidos blandos: revisamos que no haya caries, desgaste dental, manchas o fracturas, que no exista la necesidad de practicar una endodoncia. También nos fijamos en si existe inflamación en las encías, recesión o enfermedad periodontal. Inspeccionamos la lengua, la cara interna de las mejillas, paladar y suelo de la boca en busca de anomalías o lesiones.
- Higiene bucodental: revisamos que no haya placa o sarro en dientes ni encías. De esta forma podemos programar una limpieza dental en caso de que sea necesaria. También repasamos los hábitos de higiene y proporcionamos recomendaciones para mantener una buena rutina de cuidados.
- Tratamientos existentes: es fundamental revisar empastes, coronas, puentes, etc., para asegurarnos de que son funcionales y se encuentran en buen estado.
- Pruebas diagnósticas: si no disponemos de radiografías recientes, y consideramos que son necesarias, podemos aprovechar para tomarlas. Nos ayudarán a detectar problemas que no se ven a simple vista como aquellos que afectan a las raíces o a los huesos.
- Problemas comunes en verano: al consumir más alimentos fríos o helados, revisamos que la sensibilidad dental no haya aumentado. Lo mismo ocurre con la saliva, cuyo flujo puede disminuir por deshidratación.
Conversar sobre los hábitos del paciente durante las vacaciones nos ayuda a realizar una revisión focalizada. Si además el paciente ha participado en actividades deportivas que puedan haber impactado en sus dientes, podemos hacer una revisión adicional para detectar posibles daños.
En muchas ocasiones no nos damos cuenta de que algo va mal si no sentimos dolor. Una pequeña fractura o una caries pueden pasar desapercibidas si no existen síntomas. La revisión después de vacaciones nos permite detectar todos estos problemas y tratarlos antes de que vayan a más.